El 2019 fue un año complicado para el sector inmobiliario tras las nuevas regulaciones implementadas por el cambio de gobierno que pretendía terminar con el supuesto mal manejo de recursos de las administraciones pasadas.
El 2020, se vislumbra como el año en el que habría una recuperación en el mercado, pero la crisis surgida tras la pandemia del COVID-19, más conocido como coronavirus, retrasará cualquier repunte económico, no solo a nivel nacional sino a nivel global.
A raíz de este evento inesperado, el sector inmobiliario podría salir un poco perjudicado de acuerdo con la previsión de los expertos de Lamudi.
Es una realidad que situaciones así impactarán a la industria dependiendo del subsector y de la etapa en que se encuentre cada activo en el ciclo inmobiliario, sin embargo, como siempre se ha dicho, el sector inmobiliario es muy noble, aunque viva una desaceleración, sigue siendo una inversión segura a mediano y largo plazo.
El COVID-19 está afectando la economía mundial, está poniendo en duda muchos proyectos y eso va a afectar en el futuro. Pero también generará nuevas oportunidades.
La sociedad se enfrenta a algo completamente nuevo y desconocido, el comportamiento del mercado en 2020 será totalmente impredecible, aunque todo apunta a que el primer semestre acabará arrojando datos en el sector inmobiliario no vistos desde el 2010.
La caída del interés por la compra de vivienda es una de las primeras manifestaciones que se observan en este sector, inevitablemente, los expertos confirman que el malestar se trasladará a la firma de hipotecas que tengan lugar en nuestro país en los próximos meses. La evolución de la firma de hipotecas será paralela a la del conjunto de los sectores productivo y financiero, pero se cree que una vez que pase la pandemia la reacción del mercado será lo suficientemente enérgica para recuperar niveles anteriores de actividad o incluso superarlos.
Una recesión puede representar un momento de desafíos. Según expertos, las propiedades de interés social y medio podrían mantenerse más estables; no obstante, las viviendas residenciales se verán más afectadas. Pero los pronósticos apuntan a que muchos dentro del sector inmobiliario comenzarán a innovar y ofrecerán nuevas herramientas acordes con las circunstancias actuales.
En el ámbito inmobiliario, existen diversos aspectos que preocupan a inquilinos, arrendadores, vendedores, compradores, inversionistas y desarrolladores; quienes, a lo largo de recesión, se enfrentarán a distintos retos; sin embargo, ninguno tendrá consecuencias fatales.
Aunque el panorama no es alentador, el mercado inmobiliario no se va a caer. Dos de cada cinco renovaciones de contratos de arrendamiento se han cancelado; debido principalmente, a la falta de trabajo durante la cuarentena. No obstante, la honestidad de las personas ante esta situación, ha permitido la negociación de los costos.
En cuanto a una estrategia financiera, se debe ser mucho más cauto en el proceso de selección de una casa o terreno y negociar los precios. Además tener en cuenta la contratación de un crédito hipotecario adecuado, que permita pagarlo cómodamente.
Las huellas que dejará este confinamiento, provocarán una profunda reflexión en torno a las viviendas que se construyan en un futuro cercano.